Sus habitantes son una mezcla de 3 culturas diferentes: Los Uwa, indígenas originarios, los llaneros y los campesinos de zonas altas. Conviven en feliz y plácida armonía. Un clima ya friolero. Calles aledañas pavimentadas convergen todas en la principal, donde se ubican los comercios y ésta a su vez rodea el corazón del pueblo. La plaza es amplia y despejada de árboles y flores. En una esquina llama la atención una gran maqueta donde con suma habilidad y exactitud se ha reproducido la Sierra Nevada, bastante útil para que el montañista que piensa ir a sus picos pueda darse una idea del terreno a explorar. Una iglesia colonial de una sola torre donde se balancea la broncínea campana que llama a misa.
Nuestra posada se encuentra precisamente a un costado de esta plaza.“Casa Vieja” y vaya que lo es, antiquísima. La regenta un joven matrimonio con un bebé, simples y sencillos que apenas nos saludan e indican la habitación nos dejan solas...Aparte de su construcción antigua descuidada y muchos tiestos con hermosas flores en un patio central, no tiene nada de especial. Digo sí: el agua caliente en la ducha…Pero no importa, para nosotras será sólo un dormitorio ocasional. Nos instalamos en un cuarto grande con cuatro camas. Ese día en el pueblo celebraban una Feria Ganadera, así que curiosas, dejamos nuestras cosas y nos fuimos a recorrer el pueblo, hacer compra de última hora de algunos víveres y solicitar el permiso de entrada al Parque. Por cierto que en las oficinas del PNN, fuimos atendidas muy bien por dos jóvenes encargados. Cancelamos el valor de ingreso al parque ($ 20.000 c/u.). Aturdimos a preguntas a los jóvenes funcionarios, ellos nos facilitaron planos y literatura diversa y hasta nos ofrecieron su colaboración (tienen allí un banco de datos para ello) para conseguir transportes y cualquier otro cosa que nos hiciera falta. Eficientes y cordiales. Pasamos por una calle cerrada en sus extremos con conos plásticos para impedir el paso de vehículos, allí están las instalaciones de la policía local, en una de sus esquinas levantaron una “trinchera” de sacos de yute color verde olivo y rellenos de arena, con una pequeña abertura como puerta a un costado y al frente una ventana con fines de observación. Esto está calculado a los fines de defensa de la Institución, si se diera el caso, que ya lo hubo en el pasado, por parte de guerrilleros. Almorzamos en la “Feria”, instalada en una de las calles, concurrida y con atracciones para niños y jóvenes con puestos de venta diversos. El desfile de ganado ya había pasado. Allí hay unos galpones con diferentes cubículos en donde señoras ofrecían comida casera. Nos sentamos a la mesa de uno de ellos y lamento decir que no pude tomarte el “Mute” (sopa a base de maíz) ni comerme aquella enorme costilla de cordero asada, chorreante de grasa. Me contenté con una bola de masa de maíz rellena con algo, tipo pastelito y algunos dulces y gaseosa...Esa noche estuvimos largo rato en un “Café” instalado en el 2do. piso de una casa enfrente de la plaza. Cálido y acogedor. En la carta se ofrecía “Capuchino”, con el friíto que hacía me provocó y lo pedí:Recibí un humeante tazón de leche caliente, con olor a café y con unos cuantos granos de canela flotando en su superficie…Me imagino que es al estilo “Capuchino-Cocuy”.
Nuestra posada se encuentra precisamente a un costado de esta plaza.“Casa Vieja” y vaya que lo es, antiquísima. La regenta un joven matrimonio con un bebé, simples y sencillos que apenas nos saludan e indican la habitación nos dejan solas...Aparte de su construcción antigua descuidada y muchos tiestos con hermosas flores en un patio central, no tiene nada de especial. Digo sí: el agua caliente en la ducha…Pero no importa, para nosotras será sólo un dormitorio ocasional. Nos instalamos en un cuarto grande con cuatro camas. Ese día en el pueblo celebraban una Feria Ganadera, así que curiosas, dejamos nuestras cosas y nos fuimos a recorrer el pueblo, hacer compra de última hora de algunos víveres y solicitar el permiso de entrada al Parque. Por cierto que en las oficinas del PNN, fuimos atendidas muy bien por dos jóvenes encargados. Cancelamos el valor de ingreso al parque ($ 20.000 c/u.). Aturdimos a preguntas a los jóvenes funcionarios, ellos nos facilitaron planos y literatura diversa y hasta nos ofrecieron su colaboración (tienen allí un banco de datos para ello) para conseguir transportes y cualquier otro cosa que nos hiciera falta. Eficientes y cordiales. Pasamos por una calle cerrada en sus extremos con conos plásticos para impedir el paso de vehículos, allí están las instalaciones de la policía local, en una de sus esquinas levantaron una “trinchera” de sacos de yute color verde olivo y rellenos de arena, con una pequeña abertura como puerta a un costado y al frente una ventana con fines de observación. Esto está calculado a los fines de defensa de la Institución, si se diera el caso, que ya lo hubo en el pasado, por parte de guerrilleros. Almorzamos en la “Feria”, instalada en una de las calles, concurrida y con atracciones para niños y jóvenes con puestos de venta diversos. El desfile de ganado ya había pasado. Allí hay unos galpones con diferentes cubículos en donde señoras ofrecían comida casera. Nos sentamos a la mesa de uno de ellos y lamento decir que no pude tomarte el “Mute” (sopa a base de maíz) ni comerme aquella enorme costilla de cordero asada, chorreante de grasa. Me contenté con una bola de masa de maíz rellena con algo, tipo pastelito y algunos dulces y gaseosa...Esa noche estuvimos largo rato en un “Café” instalado en el 2do. piso de una casa enfrente de la plaza. Cálido y acogedor. En la carta se ofrecía “Capuchino”, con el friíto que hacía me provocó y lo pedí:Recibí un humeante tazón de leche caliente, con olor a café y con unos cuantos granos de canela flotando en su superficie…Me imagino que es al estilo “Capuchino-Cocuy”.
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